La Junta Militar de Birmania aprobó la concesión de visados a todo el personal de Naciones Unidas para que entre en el país casi un mes después de que el ciclón Nargis causara más de 134.000 muertos y desaparecidos. Así lo comunicó hoy el organismo mundial, tras el acuerdo alcanzado el pasado viernes entre el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el jefe de la Junta Militar, general Than Shwe.

Naciones Unidas dijo en un comunicado que los generales también están permitiendo el acceso de un mayor número de sus cooperantes al delta del río Irrawaddy, la zona más afectada por la tormenta y donde más de 2 millones de víctimas carecen de vivienda y agua potable. El régimen birmano ha dispuesto controles en las carreteras de acceso al delta, donde impide el acceso a cooperantes que no tengan permiso especial, y se le acusa de requisar la ayuda internacional.

La Junta Militar teme que los trabajadores de agencias internacionales debiliten su poder autoritario sobre la población y camufla el material de emergencia para que las víctimas no vean que proviene de países occidentales, críticos con el régimen. Según la ONU, la ayuda internacional ya ha alcanzado a un millón de personas, menos de la mitad de los 2,4 millones de víctimas que sobrevivieron al ciclón, que arrasó Birmania el pasado 2 de mayo.

Un barco de la Armada francesa descargó ayer en Tailandia mil toneladas de ayuda tras permanecer dos semanas bloqueado, junto con otros navíos estadounidenses y británicos, frente a las costas de Birmania. El Gobierno birmano calcula que necesitará 11.000 millones de dólares (7.000 millones de euros) para la reconstrucción del sur del país, mientras que Naciones Unidas solicita a los donantes 201 millones de dólares para atender durante los próximos tres meses las necesidades más urgentes de los damnificados.