La implicación del príncipe Laurent, el hijo menor del rey de Bélgica, Alberto II, en un caso de fraude en la Marina ha colocado a la familia real en una situación muy delicada. El juicio sobre el fraude de 2,2 millones de euros en la década de los 90 comenzó ayer en el Tribunal de Hasselt, en el este de país. El príncipe Laurent ha sido citado hoy a declarar como testigo, ya que uno de los inculpados, el excapitán de navío Noël Vaessen y exconsejero del príncipe, afirma que el hijo menor del rey se benefició de unos 175.000 euros de los fondos desviados del presupuesto de la Marina mediante facturas falsas. Para no declarar hoy, Laurent podría alegar que ha sido citado con muy poco tiempo de antelación en el tribunal.

El príncipe Laurent, con un nivel de gastos por encima de sus recursos, nunca ha sido interrogado durante la investigación y tampoco figura como acusado. No obstante, una parte de los fondos desviados del presupuesto de la Marina su utilizaron para arreglar su residencia y financiar una fundación de protección de animales presidida por él. Vaessen aseguró ayer ante el tribunal que fue el jefe del estado mayor de la Marina, Willy Harteleer, quien le ordenó utilizar parte de los fondos no gastados del presupuesto para "sacar al príncipe del agujero y evitar un escándalo".

FINANCIACION La oposición democristiana y nacionalista flamenca ha aprovechado el caso para reclamar la reducción de la financiación pública de la monarquía, principal símbolo de la unidad del país. Los democristianos flamencos, favoritos en las elecciones de primavera, exigen limitar la subvención al monarca y a su heredero, el príncipe Philippe. Toda la familia real recibirá este año 12,5 millones de euros. Ante la petición de que se cree una comisión del investigación sobre las finanzas de Laurent, el Gobierno preconiza que el Tribunal de Cuentas verifique la situación.