Cuatro años después del escándalo político que condujo a la dimisión de la anterior Comisión Europea, la exprimera ministra francesa Edith Cresson ha sido inculpada por la justicia belga por "fraude, falsedad, desvío de fondos y toma ilegal de interés" por su actuación en el anterior Ejecutivo comunitario, según confirmó ayer la fiscalía de Bruselas.

Cresson, que desempeñó el cargo de comisaria europea de Educación e Investigación de 1995 a 1999, está acusada de haber contratado fraudulentamente como especialista científico de la Unión Europea (UE) a su amigo íntimo y dentista René Berthelot. Esto supuso un fraude a las arcas comunitarias de unos 150.000 euros (unos 25 millones de pesetas).

La justicia belga también acusa a Cresson de fraudes vinculados a la gestión del programa europeo de formación Leonardo, que estaba bajo su control. Concretamente, el juez de instrucción considera que la excomisaria favoreció a la sociedad francesa Agenor, encargada del programa Leonardo.

Igualmente, la justicia belga ha inculpado a otros altos funcionarios que en esa época formaban parte del equipo de Cresson. Dichos funcionarios están acusados de falsedad y desvío de documentos, ya que la justicia considera probado que realizaron falsos contratos a petición de Cresson.

DILIGENCIA BELGA

La diligencia de la justicia belga contrasta con la desidia de la Comisión Europea en adoptar sanciones por los fraudes. Los expedientes disciplinarios abiertos a los funcionarios hace cuatro años aún siguen sin resolverse, según admitieron fuentes oficiales. La Comisión Europea decidió finalmente el pasado enero pedir explicaciones formales a Cresson, pero ha tardado más de dos meses en enviar la carta.