La política italiana está viviendo un momento un tanto surrealista a causa de una trama de corrupción descubierta por la magistratura, que afecta a miembros del Gobierno y personajes afines, la mayoría constructores.

El surrealismo consiste en que hasta la fecha nadie ha sido acusado, pero ya ha dimitido un ministro --Claudio Scajola, de Desarrollo Económico--, dos estarían en la cuerda floja y también algunos viceministros. Los hechos han sido divulgados por la prensa, que este miércoles publicó una lista de 400 nombres de supuestos beneficiarios.

A pesar de que las fiscalías hayan admitido que no poseen esta lista, el jefe del Gobierno, Silvio Berlusconi, dijo ayer que quien esté implicado en la trama "deberá pagar y salir del Gobierno o del partido". "Demasiada gente se ha enriquecido a mi costa", dijo.

La trama gira en torno a Angelo Balducci, que presidía la dirección general de Obras Públicas. Actualmente está en la cárcel. Balducci asignaba las obras para organizar grandes eventos a constructores amigos, que presuntamente pagaban su agradecimiento a los políticos implicados.