La alegría le duró poco a Silvio Berlusconi. Tras celebrar por todo lo alto el viernes con los dirigentes de su partido, Forza Italia, el fallo del Tribunal de Milán que canceló sin condena el proceso por corrupción de jueces, ayer recibió la noticia de la condena a nueve años de cárcel de su brazo derecho y cofundador de Forza Italia, Marcello Dell´Utri, por asociación mafiosa.
Berlusconi había declarado que pondría "las dos manos en el fuego" por la inocencia del senador Dell´Utri. Sin embargo, el Tribunal de Palermo después de 6 años de proceso, 256 audiencias y la declaración de 270 testigos, lo consideró culpable de ser el nexo de unión durante 30 años entre la Mafia siciliana y el mundo político y financiero de Milán. "Una sentencia gravísima", subrayó la oposición, no sólo por la implicación indirecta del jefe de Gobierno, sino también porque saca del baúl el fantasma de las relaciones entre la Mafia y la política.
El tribunal aceptó las pruebas presentadas por la fiscalía, que pedía 11 años de cárcel, en las que se acusaba a Dell´Utri de haber sido "el embajador de Cosa Nostra" en la empresa de la familia Berlusconi, Fininvest, y en Forza Italia.
INTERCAMBIOS MAFIOSOS Entre esas pruebas figuran la contratación, en 1974, de un mozo "muy especial" para la villa de Berlusconi: el jefe de Cosa Nostra, Vittorio Mangano, llamado, según la acusación, para "proteger" al empresario, y los "intercambios de favores" entre la Mafia siciliana, primero con el grupo Fininvest y después con Forza Italia. Esos favores han sido descritos por algunos mafiosos que colaboran con la justicia.
"Es evidente que la justicia no es de este mundo", fueron las primeras palabras del senador, que no dimitirá, aunque la sentencia incluye la inhabilitación para ejercer un cargo público.
La oposición pidió la cabeza de Dell´Utri. "La sentencia no puede dejarnos indiferentes porque es una condena grave, por hechos gravísimos a cargo de un conocido político", explicó el responsable de justicia de La Margarita, Giuseppe Fanfani. En su primer acto político en Milán tras regresar a la política nacional, el expresidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, denunció "una forma de hacer política que no es moral, una política sin valores".
