Un atentado suicida acabó ayer con la vida de 24 soldados paramilitares paquistanís e hirió a otros 29 en un ataque muy probablemente vinculado al asalto contra la Mezquita Roja en Islamabad, en el que, según datos oficiales, murieron 75 islamistas. Se trata del atentado de mayor envergadura contra las fuerzas de seguridad paquistanís desde el pasado noviembre, cuando perdieron la vida 42 reclutas en un campo de entrenamiento en Dargai, región al noroeste del país.

El atacante lanzó su vehículo contra el convoy paramilitar junto a la frontera con Afganistán, a unos 20 kilómetros al sureste de la población de Miranshah. Horas antes, dos agentes de las fuerzas de seguridad resultaron heridos como consecuencia de una explosión acaecida en las proximidades de Bannu, en la problemática Provincia Frontera del Noroeste.

MAS INCIDENTES En otro suceso separado, las autoridades de Peshawar descubrieron dos minas antitanque enganchadas a un cronómetro en un coche abandonado en una de las principales calles de la ciudad. El pasado domingo, tres trabajadores chinos fueron asesinados a balazos en Peshawar, en un ataque que, según la policía local, estaba vinculado a los sucesos de la Mezquita Roja.

"No lo podemos afirmar con total certeza, pero podría ser una reacción a ello", declaró el general mayor Wahid Arshad, en referencia a los sucesos de la semana que acaba en Islamabad, donde las fuerzas militares paquistanís aplastaron a sangre y fuego la revuelta en la Mezquita Roja. Desde el pasado 3 de julio, fecha en la que comenzó el asedio a la institución religiosa, cinco decenas de personas han perdido la vida en atentados con explosivos contra las tropas y la policía en la región.

El jefe del Estado se ha comprometido a "erradicar a los extremistas" y ha desplegado varios miles de militantes suplementarios en el noroeste del país, frontera con Afganistán.