Jon Kerry siguió ayer sin bajar la guardia, preparándose para la batalla de las primarias de Wisconsin de la próxima semana, a pesar de tener ya prácticamente atada la candidatura demócrata para disputar la Casa Blanca al presidente de EEUU, el republicano George Bush, en noviembre. "Lucharemos por cada voto", prometió el senador por Massachusetts al celebrar sus sólidas victorias del martes en los estados sureños de Virginia y Tennessee.

Kerry está batiendo récords en el Partido Demócrata, donde no se recuerda a ningún candidato que haya logrado asegurarse la nominación en tan corto espacio de tiempo, apenas tres semanas desde el comienzo de las primarias y caucuses , que se iniciaron el pasado 19 de enero en Iowa.

POCOS DELEGADOS A pesar de haber triunfado en 12 de las 14 elecciones realizadas hasta ahora, Kerry sólo ha logrado 516 de los 2.161 delegados necesarios para ser nombrado candidato demócrata durante la convención del partido que tendrá lugar en julio. Pero la distancia lograda con respecto a los rivales que permanecen aún en liza le hace ya claramente imbatible, pues el exgobernador de Vermont Howard Dean tiene 182 delegados y el senador John Edwards acumula 165.

Este año Kerry se ha beneficiado de la prioridad de los votantes de buscar a un candidato con posibilidades de derrotar a Bush, por lo que su abanico de victorias le facilitará más triunfos en las siguientes primarias, sobre todo en el supermartes del 2 de marzo, cuando votan 10 estados con más de mil delegados.

Pese a los llamamientos a la unidad de muchas personalidades del partido, tras el amplio margen en la victoria de Kerry en Virginia (52%) y Tennessee (41%), ni Dean ni Edwards tiran la toalla. El exgobernador de Vermont incluso arremetió ayer contra el favorito, a quien acusó de pertenecer a la "corrupta cultura política de Washington". Dean aclaró que apoyará al candidato nominado, incluso si es Kerry, por ser "el menor de dos males", comparado con Bush.

Edwards fue menos belicoso y trató de presentar la carrera por la candidatura demócrata como "una lucha entre dos personas", él mismo y Kerry.