La última maniobra política de la Administración del republicano George Bush se le está volviendo en su contra, y el aspirante demócrata a suceder al presidente de EEUU en la Casa Blanca, John Kerry, no ha dejado pasar la oportunidad de aprovecharlo.

La maniobra fue colocar la seguridad nacional --hasta ahora punto fuerte de Bush-- en el centro del debate político al hacer, el miércoles, una llamada de alerta sobre un posible ataque de Al Qaeda en el país. A poco más de cinco meses de las elecciones presidenciales, el objetivo era revitalizar la imagen de un presidente que no deja de caer en las encuestas. Lo conseguido es un alud de críticas.

"Merecemos un presidente que no utilice la seguridad nacional para hacerse la foto", afirmó Kerry. El senador, que denunció que las autoridades no han sido capaces de asegurar todavía trenes y plantas químicas, ni de inspeccionar contenedores que entran por los puertos del país, presentó ayer en Seattle un proyecto para mejorar la seguridad del país.

MAS RECURSOS Uno de los puntos clave de este proyecto es aumentar el presupuesto de las agencias encargadas de la seguridad nacional. Otro aspecto es la búsqueda de alianzas internacionales para librar la denominada "guerra contra el terror".