El avance en los sondeos del candidato demócrata a la Casa Blanca, John Kerry, se consolida, según muestra un abanico de encuestas previas y posteriores al segundo y crucial debate que mantuvo en la madrugada de ayer en San Luis (Misuri), con su rival, el presidente George Bush. Fue un duelo plagado de duros ataques mutuos sobre temas nacionales, como los impuestos, pero dominado otra vez por la guerra de Irak, y el senador demócrata volvió a vencer aunque con menos margen que en el primer debate.

Dos consultas instantáneas realizadas tras los 90 minutos de preguntas, en la Universidad de Washington, adjudicaron el triunfo a Kerry por 44% contra 41%, según la cadena televisiva ABC, y por 47% contra 45%, según la CNN y el diario USA Today . Pero de mayor peso fue el sondeo de la prestigiosa empresa Zogby, que detectó una intención de voto del 46% a escala nacional para el candidato demócrata, frente al 45% del presidente. "Esto es una buena prueba de que la base de Kerry se consolida", tras el espaldarazo que le dio su victoria en el primer debate, el 30 de septiembre en Miami, declaró John Zogby.

"ENGAÑO MASIVO" "El presidente no encontró armas de destrucción masiva en Irak, así que ha convertido su campaña en un arma de engaño masivo", arremetió Kerry, que no perdió la compostura ni el aplomo durante los 90 minutos de su segundo choque con Bush. A diferencia del primer debate, el presidente logró controlar mejor su temperamento y evitar las muecas que tanto disgustaron a los votantes, aunque su irritación se transparentó ante algunos ataques de su rival, particularmente cuando Kerry le acusó de haber invadido Irak unilateralmente.

"¡Dígale a Tony Blair que hemos ido solos!, ¡dígaselo a Silvio Berlusconi!", replicó fulminantemente Bush, invocando los 30 países que forman parte de la coalición ocupante. Pero Kerry contratacó contundentemente e ilustró con sorna la aportación extranjera al contingente internacional en el país árabe. "Si el número de soldados de Misuri que hay en esa fuerza fueran un país, serían la tercera aportación mayor a la coalición, tras EEUU y Gran Bretaña", recalcó.

"SIN CREDIBILIDAD" Ante las preguntas planteadas por 18 de los 140 participantes que no habían decidido a quien votarán el 2 de noviembre, la estrategia de Bush fue pintar a su rival como un candidato "sin credibilidad", por sus constantes cambios de postura, sobre todo al apoyar primero la guerra de Irak en el Senado, para criticarla ahora. "Si hubiéramos tenido una diplomacia adecuada, podríamos habernos ahorrado 200.000 millones de dólares y la invasión de Irak, además de que Bin Laden estaría ahora en la cárcel o muerto", replicó Kerry, al recordar el caos de ese conflicto.

El senador arremetió también contra la mala gestión económica de Bush, el día que se conocieron las cifras del paro, pero el presidente se defendió pasando a la ofensiva, y acusó a su rival de ser un "liberal" peligroso que "aumentará los impuestos a todos". "El presidente está tratando de asustar a todo el mundo, colgándome etiquetas", replicó Kerry, que se ha comprometido a cancelar los recortes de impuestos a quienes ganan más de 200.000 dólares (163.000 euros) al año, y ampliar los de la clase media. "No voy a subir los impuestos", prometió solemnemente mirando a la cámara, como le pidió un votante.