Los Kirchner dieron su brazo a torcer. El Gobierno argentino dejó ayer sin efecto el controvertido decreto que gravaba por encima del 40% las exportaciones de soja. La Resolución 125 duró 128 días y fue derrotada, primero en las carreteras y las calles por los productores agropecuarios y la oposición de centroderecha, y después, en el Senado.

Con la deserción de senadores del peronismo (en el poder) y el mismo vicepresidente, Julio César Cleto Cobos, la Cámara terminó rechazando la iniciativa que pretendía captar para el Estado parte de las ganancias extraordinarias derivadas del incremento de los precios internacionales de los granos. "Se acabó el conflicto", dijo la Sociedad Rural (SRA), al oír el anuncio.

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, informó de que vuelve a regir el tope del 35% para las exportaciones, previo a la crisis. Fernández, en nombre de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, criticó la protesta patronal, que llegó a desabastecer los grandes centros urbanos, y las "presiones" y "agresiones" a las que fueron sometidos los legisladores durante los debates. Reiteró, además, la voluntad del Gobierno de "dar soluciones a las desigualdades", para lo que "hay que mejorar la distribución de los ingresos a favor de los que menos tienen".

AGRADECIMIENTO Cristina Kirchner expresó ayer en privado su agradecimiento a los parlamentarios más leales. En la noche del jueves, en un acto público, había lamentado la "defección" de los peronistas que ha obligado al Gobierno a dar marcha atrás. El rechazo por parte del Senado de la Resolución 125 supone una dura paliza política para Cristina y su marido, el expresidente Néstor Kirchner.

Las horas que siguieron a esa votación estuvieron saturadas de rumores. Se habló de que ya estaba listo el texto de renuncia de la mandataria y hasta de un exilio de Venezuela. De acuerdo con el diario Crítica , Néstor Kirchner llegó a sostener que era mejor la dimisión antes que ceder, imaginando tal vez que su esposa sería "rescatada" por el pueblo como le ocurrió a Perón en 1945, tras ser arrestado por el régimen militar del que era parte. Pero Cristina, en cambio, se mostró proclive a remontar la cuesta y recuperar popularidad sobre la base de una buena gestión y anuncios como el de la nacionalización de Aerolíneas Argentinas, que estaba en manos del Grupo Marsans.

El vicepresidente Cobos, en tanto, se ha convertido en el héroe de todos los adversarios del matrimonio. Para ellos, ha salvado al país al borde del abismo. Otros, como el sociólogo Artemio López, recuerdan que Cobos no es senador sino integrante del poder ejecutivo. Lo que hizo, dijo, ha sido de una "notable irresponsabilidad institucional" porque debilitó a un Gobierno con siete meses de gestión.