A esta futura abogada de 24 años, alumna de la Universidad Paul Cézanne de Marsella, las protestas le despiertan sentimientos encontrados. Por un lado, dice comprender el malestar "ante un Gobierno que no escucha, que no quiere negociar ni discutir". Pero tanta manifestación, tanto bloqueo, tanta huelga y tanta basura desparramada acaban por parecerle "algo exagerado". "Es inevitable. Tenemos una tradición revolucionaria y esto es cultural", concluye resignada.