Lleva aún el terror instalado en la mirada. Karenna Laklem, de 21 años, superó las trabas del régimen por tener nacionalidad birmana --por parte de padre-- y australiana --por su madre--. Sus colegas australianos están entrando estos días con cuentagotas, justo cuando ella abandona Birmania después de tres semanas de salvar vidas. De camino hacia Australia, la asistente de la oenegé Asian Tribal Ministries explicó a este diario la tragedia de 2,4 millones de personas.

"La situación sigue siendo dramática en Labutta, Pathein, Mawlamyinegyun y Bogalay. Si uno coge un mapa y traza una línea, en la parte inferior le queda el infierno. Hablan de 134.000 muertos, pero pueden ser muchos más. En las islas de la desembocadura todavía hay cuerpos flotando. Ahí los supervivientes siguen dejados de la mano de Dios", sostiene.

La cooperante explica que la oenegé que dirige su padre, el pastor Timothy Laklem, compró un barco para repartir ayuda alimentaria facilitada por EEUU. "Logramos llegar a puntos difíciles, donde de vez en cuando emergía un cuerpo desde el fondo. El río aún no se ha drenado y esto causa muchos problemas. Más de la mitad de afectados no tienen acceso al agua embotellada y beben la del río. Los que pueden la hierven. En la parte más al sur, hay una plaga de mosquitos, que puede difundir la malaria si no llueve. Y si llueve, esa pobre gente no sabrá donde meterse, porque duerme a la intemperie. Falta comida y las diarreas son muy frecuentes".

Karenna Laklem trabajó en un equipo de 30 personas, y hasta el domingo no empezaron a entrar los cooperantes occidentales. "Ni en meses se podrá restablecer la normalidad. Por encima de la línea entre Labutta y Bogalay se están reconstruyendo casas con bambú y lonas y la gente tiene una ración diaria de arroz. Pero en el sur la situación es casi como la del primer día".

La mayoría del grupo de Laklem son birmanos de la etnia karen, del norte, católicos y opuestos a la Junta. Acudieron pese a estar enfrentados con los karen del sur, afines al régimen. "Muchos muertos eran karen del sur, pero eso da igual. Eran seres humanos", asegura.