Por primera vez desde febrero, dos misiles katiuska lanzados desde el Líbano cayeron ayer en el norte de Israel sin provocar heridos. Como suele ser habitual en estos casos, el Estado judío respondió con una docena de proyectiles y responsabilizó al Gobierno libanés de las hostilidades procedentes de su territorio.

Según el canal 10 de la televisión hebrea, el ataque fue reivindicado por una facción palestina con sede en el Líbano. Así ha sido en las escaramuzas acontecidas en la frontera desde que se declaró la tregua entre Israel e Hizbulá tras los 34 días de guerra que libraron en el 2006.

Entre ambos contendientes, vigilados por los cascos azules de la ONU, se mantiene una calma tensa. Beirut acusa a Israel de violar regularmente su espacio aéreo, mientras Tel-Aviv denuncia el rearme de Hizbulá.