El Gobierno libanés habla ya de 900 muertos y miles de heridos. Los suburbios del sur de Beirut han sido bombardeados de nuevo tras unos días de calma. Hasán Nasralá, líder de Hizbulá, amenaza de nuevo con disparar proyectiles contra Tel-Aviv, mientras que los katiuskas de la milicia chií causaron durante la jornada de ayer el mayor número de muertos en Israel en un día desde el inicio de las hostilidades. Después de la relativa calma por el cese de los bombardeos aéreos durante 48 horas tras la masacre de Qana --cuyo balance fue revisado a la baja-- los combates en el Líbano experimentaron una nueva escalada pese a las tentativas internacionales de lograr un alto el fuego.

"Alrededor de 900 personas han muerto y 3.000 han resultado heridas, y una tercera parte de las víctimas son niños menores de 12 años", aseguró ayer el primer ministro libanés, Fuad Siniora, en un mensaje por videoconferencia a la Cumbre de la Conferencia Islámica en Malaisia. Al margen de los muertos, el Líbano tiene que afrontar el éxodo de un millón de desplazados, una cifra que equivale al 25% de su población, sostiene el primer ministro. Sin embargo, el balance de muertos de Qana, según fuentes libanesas, se redujo a 28 muertos y 13 desaparecidos, menos de la mitad de la primera cifra barajada.

Como contrapartida a los daños en territorio libanés, Hizbulá disparó un centenar de katiuskas en tan sólo una hora, que causaron la muerte a ocho personas, la cifra más elevada en 24 horas desde que se iniciaron las hostilidades el pasado 12 de julio. La lluvia de proyectiles de ayer, a decir de Hasán Nasralá, líder de Hizbulá, es solo un adelanto si se producen ataques aéreos contra Beirut.

"Si bombardeáis nuestra capital, nosotros bombardearemos la vuestra", dijo en un mensaje difundido por televisión en alusión a Tel-Aviv. "El poderoso Ejército israelí solo se ha mostrado capaz que de bombardear civiles, mujeres y niños", aseguró Nasralá. Israel respondió de inmediato: "Destruiremos todas las infraestructuras", informó la televisión citando a un militar.

SIN TREGUA Como muestra de que el conflicto se encona, el Partido de Dios da nuevas muestras de firmeza y asegura que no habrá ningún cese de las hostilidades mientras exista un soldado israelí en territorio libanés. "No lo aceptaremos y (el conflicto) se transformará en una guerra de liberación", declaró el responsable del Departamento de Información del partido chií libanés.

Sobre el terreno, las tropas israelís prosiguieron hostigando a Hizbulá en territorio libanés a lo largo de la frontera sur del país. Según asegura la cadena de televisión Al Yazira, un total de 80 milicianos chiís han perdido la vida desde el inicio de las hostilidades. El Ejército hebreo aseguró ayer haber penetrado hasta siete kilómetros en el interior del Líbano. El ministro de Defensa israelí, Amir Peretz, ordenó al Ejército preparar la operación militar para lograr el control israelí de una franja de territorio hasta el río Litani, y hacer retroceder a la milicia de Hizbulá.