Optimista por los prometedores resultados de la revisión médica del sábado, Ingrid Betancourt retomó ayer en París la actividad que, según su primera declaración de intenciones tras su rescate, será prioritaria en su agenda a partir de ahora: intentar salvar a todos los rehenes de las FARC.

Desde el Hotel Raphaël, donde se aloja, Betancourt se dirigió por radio a sus antiguos compañeros de infortunio que aún siguen en la selva a través del programa Voces del secuestro . Los rehenes de las FARC pueden escucharlo desde la 12 de la noche a las 5 de la mañana (hora de Colombia). Durante todo su cautiverio, casi cada noche, Ingrid escuchaba a su madre.

"Sé que la libertad es para bien", declaró en su primer mensaje. Tras saludar con emoción a los más o menos 700 cautivos de las FARC que aún quedan, les informó de que tiene el compromiso del Gobierno de Sarkozy para que, cuando todo termine, los que quieran viajar a Francia puedan hacerlo.

Siempre con su rosario en la mano, la excandidata presidencial colombiana asistió a la misa y después se reunió con el exprimer ministro, Dominique de Villepin, que no pudo ir a recibirla al aeropuerto el día de su llegada. Villepin fue profesor de Betancourt en la Escuela de Ciencias Políticas de París y más tarde su "amigo".

Betancourt tiene intención de escribir una obra de teatro cuando regrese a Bogotá.