Vivían como esclavas en un hotel de lujo. Diecisiete mujeres llevaban cerca de un año trabajando en un régimen comparable a la esclavitud en el prestigioso Hotel Conrad de Bruselas al servicio de un grupo de princesas de los Emiratos Arabes Unidos. La policía belga y la inspección de trabajo pusieron fin a esa explotación con un registro sorpresa el martes y las mujeres quedaron bajo la protección de la oenegé Pagasa.

Privadas de sus pasaportes, las mujeres eran obligadas a trabajar día y noche para atender a la princesa Hamda, viuda del emir Mohamed Jalid Al Nahyan, a sus cuatro hijas y a su séquito. Algunas de ellas debían incluso dormir en el pasillo, junto a la puerta de las princesas, para responder de inmediato a cualquiera de sus caprichos.

Las sirvientas recibían un salario de 150 euros al mes y solo las más cualificadas cobraban 500 euros. Este nuevo caso de esclavitud pudo ser descubierto gracias a que una de ellas logró huir y reveló la situación a la policía.

El director del Conrad, Marc de Beer, aseguró desconocer la explotación de esas sirvientas. Las posibilidades de que las princesas sean procesadas parecen escasas.