Los terroristas, que desde el miércoles mantienen cautivas a más de 300 personas en una escuela de la ciudad de Beslán, en Osetia del Norte (Cáucaso ruso), exigiendo la retirada de las tropas rusas de Chechenia, liberaron ayer a 26 rehenes, 11 mujeres y 15 bebés, tras unas difíciles negociaciones con las autoridades rusas. Este avance se debió a la mediación de Ruslan Aushev, expresidente de la vecina república de Ingushetia y uno de los políticos más influyentes del Cáucaso. Aushev, quien se reunió con los asaltantes en el gimnasio del colegio donde están retenidos la mayoría de los rehenes, dijo que las negociaciones continuarán.

"Es el primer resultado palpable de los contactos e infunde esperanzas", declaró Lev Dzugayev, portavoz del Gobierno de Osetia del Norte, poco después de la liberación. Dzugayev explicó que, tras la salida del grupo de rehenes, el número de personas retenidas por los secuestradores se redujo a 328.

Cientos de familiares de los rehenes que se concentraban en los alrededores del colegio, cercado por las fuerzas de seguridad, vivieron ayer varios momentos de tensión a causa del creciente nerviosismo de los asaltantes. Poco antes de la liberación del grupo de rehenes, los terroristas dispararon granadas de fusil contra los vehículos aparcados cerca del edificio, lo que en el primer momento pareció una respuesta al asalto de las fuerzas especiales.

FRAGIL EQUILIBRIO El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró ayer que "salvar la vida de los rehenes" es una prioridad para el Kremlin. Las declaraciones de Putin fueron interpretadas por los familiares de los rehenes como una garantía de que las autoridades por el momento no lanzarán una operación de rescate. "Lo que ahora ocurre en Osetia del Norte es horrible, porque entre los rehenes hay niños y también porque esta acción es capaz de destruir el de por sí frágil equilibrio entre las confesiones y etnias del área", opinó Putin.

En octubre del 2002, cuando otro comando terrorista con las mismas exigencias retuvo a más de 800 rehenes en el Teatro Dubrovka, Putin reaccionó con más dureza negándose a entablar negociaciones políticas con los terroristas. El secuestro acabó con 129 rehenes muertos.

Según el pediatra moscovita Leonid Roshal, quien conversó por teléfono con uno de los secuestradores, los terroristas no han dejado entrar agua ni alimentos para los cautivos. Roshal, que ejerció de mediador en la crisis del Teatro Dubrovka, fue a Beslán a instancia de los terroristas, que exigieron la presencia de los presidentes de Osetia del Norte, Alexandr Dzasojov, y de Ingushetia, Murat Ziazikov.

PRIMER DIA DE CLASE Una veintena de hombres y mujeres enmascarados irrumpió en el edificio del colegio el miércoles por la mañana, en plena celebración de la fiesta del primer día de clase, razón por la que entre los visitantes se encontraban numerosas madres con hijos más pequeños. En los primeros momentos del asalto murieron 13 personas. Los secuestradores concentraron a los rehenes en el gimnasio y minaron el edificio, amenazando con volarlo si el Kremlin no cumple sus exigencias.

Las autoridades rusas han identificado a varios miembros del comando, subordinado a Shamil Basayev. Desde el 24 de agosto, el terrorismo islamista ha puesto en jaque a las autoridades con una ola de atentados sin precedentes, en la que han muerto más de 100 personas.