Los grupos socialista, liberal, verdes e izquierda unitaria han respaldado hoy en el pleno del Parlamento Europeo la actuación de la comisaria de Justicia, Viviane Reding, en su batalla política con el Gobierno francés por las expulsiones de gitanos búlgaros y rumanos. El grupo popular, los euroescépticos, los soberanistas y la extrema derecha avalaron la actuación del Gobierno francés e insistieron en que todos los ciudadanos deben respetar las leyes, incluso los miembros de las minorías étnicas, como los gitanos.

El presidente de la Unión Europea (UE), el democristiano belga Herman Van Rompuy, ha intentado minimizar el nivel de la bronca que se produjo durante el Consejo Europeo el 16 de septiembre entre el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, sobre las expulsiones de gitanos, lo que le reprocharon diferentes eurodiputados.

Van Rompuy ha reiterado la formula de compromiso que permitió concluir la cumbre sin agravar la tensión interna: los estados miembros de la UE tienen el derecho y la obligación de actuar para hacer respetar la ley en su territorio y la Comisión Europea tiene el derecho y la obligación de velar para que los estados de la UE respeten el derecho comunitario y el derecho y obligación de realizar investigaciones.

LA DISYUNTIVA DEL GRUPO POPULAR

Durante el debate posterior, la Eurocámara se posicionó como ya lo había hecho el 9 de septiembre al aprobar una resolución reprobatoria contra Francia y las expulsiones. La mayoría de la Eurocámara expresó su respaldo a Reding y criticó la actitud de Sarkozy en su enfrentamiento con la Comisión Europea.

El grupo popular, prisionero de una disyuntiva imposible por la pertenencia de Sarkozy, Barroso y Reding al mismo, reconoció el derecho de la Comisión Europea a investigar el comportamiento de Francia, pero se alineó implícitamente con los argumentos del Gobierno francés al insistir en las obligaciones que tienen los gitanos búlgaros y rumanos de "respetar la ley y los bienes del otro", de llevar a sus hijos a la escuela y de integrarse en el país de acogida.