Los siempre abundantes rumores en torno a la mala salud del Querido Líder de Corea del Norte, Kim Jong-il, arreciaron ayer después de que la cadena de televisión surcoreana YTN informara de que el dirigente padece un cáncer de páncreas, citando a fuentes de los servicios secretos chinos y surcoreanos.

El Gobierno de Seúl declaró horas después no tener información sobre la noticia, lo que no alivió a los pyongyangólogos que viven sin vivir en sí tratando de descifrar los avatares de la salud del mandatario, de 67 años. Según la YTN, la enfermedad le fue diagnosticada el pasado agosto, coincidiendo con el supuesto derrame cerebral atribuido a Kim por el espionaje surcoreano y estadounidense, y fuentes sanitarias chinas le pronosticaron pocos años de vida.

La oficialísima televisión norcoreana difundió la semana pasada imágenes de un acto en memoria del padre de Kim y fundador del régimen, el Gran Líder Kim Il-sung (fallecido en 1994), en las que el dirigente aparece desmejorado, visiblemente más delgado y con menos pelo. También la cadena japonesa TBS afirmó hace pocos días que el líder norcoreano sufre "un grave trastorno" del páncreas.