Suma y sigue en el pulso que mantienen en Zimbabue desde las elecciones presidenciales y legislativas de marzo el régimen de Robert Mugabe y la oposición. El cabecilla opositor Morgan Tsvangirai se vio obligado a refugiarse ayer en la Embajada de Holanda en Harare después de que en la víspera anunciase su retirada de la segunda vuelta electoral para la jefatura del Estado. "Está provisionalmente en la embajada holandesa. Hizo la petición ayer a través de su partido, y el ministro de Asuntos Exteriores, Maxime Verhagen, decidió que si buscaba seguridad, se le daría", dijo Bart Rijs, portavoz del ministerio.

Como jefe del principal partido de la oposición, el Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), Tsvangirai se declaró dispuesto a negociar con el régimen si las violencias políticas se detienen en el país. "Estamos dispuestos a negociar con la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico", declaró a la emisora surafricana 702, aunque puso como condición indispensable "el fin de la violencia".

RENUNCIA Tsvangirai anunció el domingo que renunciaba a la segunda vuelta, prevista el viernes, debido a la "orgía de violencia", un gesto que abría el camino para que siguiera en el poder Robert Mugabe, el presidente más longevo de toda Africa.

El régimen se limitó a responder despreciando la decisión y atacando la sede del partido opositor. "Más de 60 personas, la mayoría de ellos mujeres y niños, víctimas de la violencia política, han sido detenidas" en la redada policial, dijo el portavoz del partido, Nelson Chamisa.

La comunidad internacional no tardó en indignarse. El Gobierno de EEUU denunció ayer que Zimbabue no puede celebrar unas elecciones "libres, justas o pacíficas" el viernes y condenó "en los términos más contundentes" al régimen zimbauense. La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, afirmó que "ha quedado claro que Mugabe está determinado a frustrar la voluntad del pueblo de Zimbabue".

Desde París, el Ministerio de Asuntos Exteriores francés subrayó que "ante la ausencia de Tsvangirai, el escrutinio previsto para el 27 de junio no responde a las expectativas de la comunidad internacional".