El presidente de Sudán, el general Omar al Bashir, aprovechó el viaje sorpresa que realizó ayer a la conflictiva región de Darfur para arremeter una vez más contra occidente y el Tribunal Penal Internacional (TPI), que le acusa de crímenes de guerra y contra la humanidad. El mandatario africano, de 65 años, amenazó con expulsar a los diplomáticos, soldados de la ONU y a los miembros de las oenegés que no se plieguen a las leyes del país.

De hecho, y como represalia a la decisión del TPI, Al Bashir ordenó el pasado miércoles la salida de Sudán de un total de 13 agencias humanitarias que asistían hasta ahora a los desplazados en el país africano, principalmente en Darfur, donde se libra una guerra desde hace seis años. El militar afirmó que será el Gobierno de su país el que asumirá "el vacío" dejado por las oenegés expulsadas .