Los problemas en el matrimonio del ministro principal para Irlanda del Norte, Peter Robinson, traspasaron el dominio doméstico y lo pusieron en serios aprietos políticos a raíz de las acusaciones sobre los manejos financieros de su esposa. Un reportaje de la BBC destapó que la mujer de Robinson, Iris, también diputada, intervino en la concesión de un local y obtuvo la financiación para que su joven amante, Kirk McCambley, abriera una cafetería.

Iris Robinson habría quebrantado la ley que la obligaba a abstenerse en la votación de una decisión que afectaba a una persona conocida. Cuando el pasado miércoles Peter Robinson, del Partido Democrático Unionista, confesó ante las cámaras, apenas conteniendo las lágrimas, que su mujer había intentado suicidarse tras haber mantenido relaciones con McCambley, dejó asombrada a la sociedad norirlandesa, y en especial a los ultraconservadores presbiterianos de su partido, fundado por el reverendo Ian Paisley. Pero el resto de partidos no quisieron aprovechar tal drama familiar.

Sin embargo, en cuanto acabó la emisión del reportaje, el jueves por la noche, las reacciones no se hicieron esperar, puesto que el programa también decía que Peter Robinson conoció los negocios de su mujer, y si bien la presionó para que devolviera el dinero, no lo comunicó a las autoridades, tal y como le obliga el código ministerial.

40 AÑOS MAS JOVEN Hace dos años, Iris Robinson obtuvo 50.000 libras (55.000 euros) de dos promotores inmobiliarios que luego entregó a su amante, de 21 años, 40 años más joven, tal y como él explicó en el reportaje. Antes, Robinson ayudó a McCambley a ganar el concurso para hacerse con el local.

El ministro principal rechazó ayer "todas las acusaciones" en el sentido de que había obrado "mal". "De algunos aspectos del affaire de mi esposa me he enterado por la BBC", declaró. Pero las acusaciones han llegado en un mal momento, con el proceso de devolución de poderes estancado por sus diferencias con sus socios de Gobierno, el Sinn Féin, y el resurgir de los disidentes republicanos.

Muchos se preguntan si Robinson podrá mantenerse al margen de esta distracción personal que ya ha cobrado dimensiones políticas. El viceministro principal, Martin McGuinness, se declaró conmocionado y pidió entrevistarse con Robinson.

El líder del moderado Partido Unionista del Ulster, Reg Empey, por su parte, pidió la apertura de una investigación sobre su conducta y dijo que su posición como ministro principal era insostenible. Más diplomático se mostró el primer ministro británico, Gordon Brown, cuyo portavoz manifestó que no corresponde al premier comentar temas de índole personal.