Los primeros 70 gitanos rumanos deportados por Francia llegaron hoy a Bucarest a bordo de dos vuelos comerciales procedentes de París y Lyon, confirmó la Policía de Frontera rumana. En un primer vuelo, procedente de París, llegaron nueve personas, en el segundo fueron 61 expulsados, en total 23 menos de lo esperado inicialmente, ya que algunos deportados voluntarios no se presentaron en los aeropuertos de Francia. Entre los primeros expulsados de París había seis jóvenes de unos 20 años de edad que aseguraron a la prensa que estaban en Francia desde hacía varios meses.

Según la agencia de noticias Mediafax, estos jóvenes explicaron que volvieron de forma voluntaria, tras recibir dinero para regresar a su país. Otros negaron que fueran emigrantes gitanos y dijeron que sólo "estaban de vacaciones en Francia". Decenas de gitanos rumanos han aceptado la repatriación voluntaria con un vuelo gratuito y 300 euros por cada adulto y 100 euros por cada hijo.

Para mañana, se prevé que aterricen en la ciudad occidental de Timisoara otros 132 emigrantes, mientras que las 160 personas restantes serán repatriadas entre la semana próxima y el mes de septiembre. París anunció en julio pasado su intención de repatriar a unos 700 inmigrantes rumanos y búlgaros de origen gitano que viven en campamentos ilegales en Francia. La iniciativa francesa ha sido duramente criticada por organizaciones de derechos humanos, que ven en ella un atropello al derecho a la libre circulación de personas en el territorio de la Unión Europea (UE), a la que pertenecen Rumanía y Bulgaria.

El hecho de que Francia haya hablado de "deportación voluntaria" no parece convencer a los críticos de una medida que consideran "racista". Por su parte, la Comisión Europea (CE) ha pedido a Francia que respete el derecho a la libre circulación de las personas y ha advertido de que vigilará que se cumpla la ley europea en el proceso. Mientras tanto, Bucarest se ha mostrado comprensivo y mesurado con el Gobierno francés y el presidente galo, Nicolas Sarkozy.

"Entendemos la posición del Gobierno francés y, al mismo tiempo, defendemos sin reservas el derecho de cualquier ciudadano rumano a circular libre en el interior de la UE", declaró hoy el presidente de Rumanía, Traian Basescu. La recepción de cientos de gitanos sin ocupación ni posibilidades económicas supone ahora un problema para Rumanía, muy golpeada por la crisis económica y con una importante población de etnia roma marginada, que alcanza unos dos millones de personas. Por eso, se da casi por hecho, tanto en París como en Bucarest, que la mayoría de los deportados volverá pronto a Francia.