LUGAR DE NACIMIENTO: MADRIDEDAD: 62 AÑOSTRAYECTORIA DIPLOMÁTICA EN 1997 REABRIO LA EMBAJADA EN IRAK. EN EL AÑO 2005, REGRESO COMO EMBAJADOR

--¿Queda algo del Irak que usted conoció en 1997?

--No tiene nada que ver. Hoy Irak es un país muy deteriorado. No hay convivencia entre comunidades. Irak es un país por el que no se puede viajar. Ni siquiera es posible moverse en Bagdad. En estos 4 años, el país se ha venido abajo.

--¿Se puede ser optimista?

--Hay muy pocos motivos. La única esperanza que existe es el magnífico material humano de este país.

--¿Se puede vivir en una ciudad donde cada día hay atentados y decenas de muertos?

--Mantener la cordura es difícil en el Bagdad de hoy. Los iraquís viven en una situación de tensión psicológica bestial y en unas condiciones de vida agotadoras. Aquí suponen un gran riesgo cosas tan básicas como ir a comprar o llevar a los hijos al colegio. Además, hay problemas con la luz, con el agua... Hasta ducharse es difícil. La vida para los iraquís es insoportable. Además, ya nadie se fía de nadie, ni siquiera de familiares.

--¿Cómo es para un diplomático vivir en Bagdad?

--Estamos en el ojo del huracán. Como diplomático, la vida aquí es frenética e intensísima, sobre todo intelectualmente. Hay tanto que entender, que analizar. Eso sí, de vida social nada. Ni siquiera podemos tener a nuestras familias. Todos estamos solos. Los desplazamientos son complejos y hay que ir protegido. Existe una gran limitación de movimientos. No se vive libremente. No puedes salir a la calle.

--¿Qué puede allí hacer un diplomático español?

--Mucho. Estar aquí supone mostrar que España quiere un Irak de paz y progreso y que confía en este país. Por eso debe haber una embajada y un embajador.

--¿Por qué la ocupación fracasa?

--Porque su gestión ha sido la mezcla de la arrogancia y la ignorancia de los ocupantes. Esa combinación ha hundido y destruido a este pobre país. Pensaron que la ocupación iba a ser breve, que los iraquís iban a acogerles como libertadores, que el país se democratizaría, que la economía mejoraría... Creían que era una guerra convencional. Todo les ha salido al revés.

--¿Por qué?

--Porque el país no fue derrotado. La insurgencia se formó enseguida. Además, las labores de reconstrucción han sido mínimas y se han cometido errores garrafales como la marginación de la élite suní, acusada de colaborar con Sadam Husein.

--¿Es la retirada una solución?

--Una retirada apresurada y precipitada generará más problemas de los que hay. Hoy las fuerzas extranjeras hacen una labor de protección de los iraquís.

--¿Qué hacer entonces?

--Corregir errores. Tanto EEUU como el Gobierno iraquí intentan rectificar errores como no haber contado con Siria e Irán, disolver el Ejército y el Partido Baaz, plantear una guerra convencional en vez de una contrainsurgencia...

--Parece que líderes sunís han rechazado a la red de Al Qaeda y que hay insurgentes dispuestos a negociar.

--Sí. También el Gobierno ha iniciado una política de reconciliación, que es básica ya que el futuro de este país pasa por la recuperación de la élite suní, marginada por EEUU. La reconciliación de los sunís puede desactivar la insurgencia.

--¿Vive el país una guerra civil?

--Lo que pasa en Irak es peor que una guerra civil. En un conflicto civil hay un bando contra otro. Aquí hay muchos bandos, muchas guerras superpuestas. Irak corre el peligro de fracturarse en las tres comunidades: chiís, kurdos y sunís.

--¿Se extiende el conflicto?

--Sí. Irak es hoy una auténtica crisis internacional. La guerra que se ha desatado entre sunís y chiís está contagiando a toda la región. Ese conflicto interconfesional amenaza con reproducirse en países como el Líbano, Siria y Pakistán.