Los habitantes de la pequeña localidad escocesa de Lockerbie, donde en 1988 cayó un avión de la compañía Pan Am, causando la muerte a 270 personas, entre pasajeros y lugareños, conmemoraron ayer el 20º aniversario de la tragedia, provocada al estallar en el aparato una bomba colocada por agentes secretos libios. Unas 150 personas se reunieron en el cementerio de Lockerbie e hicieron una ofrenda en memoria de las víctimas.

Cuatro años más tarde, los investigadores concluyeron que todas las pistas apuntaban hacia dos ciudadanos libios, Abdelbaset Alí Mohamed Al Megrahi y Al Amín Jalifa Fhimah, pertenecientes al servicio secreto. Tras una década de sanciones, el régimen de Libia admitió su culpabilidad y se ha reconciliado con la comunidad internacional.