El drama del Congo alcanza proporciones de catástrofe y el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Miliband, dio ayer la voz de alarma. "Más de 1,6 millones de desplazados internos se encuentran atrapados por la crisis y no se puede acceder a ellos fácilmente. No tienen acceso a alimentos, ni a agua, ni a otros elementos de primera necesidad", dijo.

Miliband hizo esas declaraciones a la prensa en Dar es Salam (Tanzania), donde ayer proseguían los esfuerzos diplomáticos para encontrar una salida al conflicto bélico en el este del país. El ministro británico reclamó una solución urgente, porque "hay una amenaza de epidemias de enfermedades contagiosas y de desnutrición en la zona".

Los 1,6 millones de desplazados son congoleños que habitan en Goma y otras localidades ribereñas del lago Kivu y ruandeses de la etnia hutu que se hallaban en los campos de refugiados desde el genocidio de Ruanda en 1994. Estas personas se han visto obligadas a huir a partir de agosto conforme avanzaban las tropas rebeldes de Laurent Nkunda, quien se levantó en armas --con el apoyo de Ruanda-- contra el Gobierno congoleño al considerar que maltrata a la minoría tutsi en este país. Ayer, los rebeldes se encontraban en las puertas de Goma, capital de Kivu Norte, tras asestar una humillante derrota al Ejército congoleño, mal equipado y mal pagado.

VISITA RELAMPAGO David Miliband y su homólogo francés, Bernard Kouchner, se reunieron con el presidente de Tanzania y de la Unión Africana, Jakaya Kikwete, en una gira relámpago por la región de los Grandes Lagos. En los últimos días, los dos ministros visitaron la República Democrática del Congo, Ruanda y Tanzania.

Kouchner y Miliband subrayaron que la UE reclama ayuda humanitaria para el Congo pero, por ahora, descarta una fuerza de paz. Hoy está previsto que llegue un convoy de la ONU con ayuda.