El Gobierno británico pidió ayer excusas al Vaticano por lo que ya se conoce como el "memorando del condón". El documento oficial, redactado por un grupo de funcionarios del Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores), se burla de la visita que el Papa ha de realizar al Reino Unido el próximo mes de septiembre sugiriendo que el viaje incluya el lanzamiento de una marca de preservativos --bautizada como Benedicto--, la apertura de una clínica abortiva y la bendición de una pareja homosexual.

El borrador, titulado La visita ideal que nos gustaría ver, propone también, entre otras irreverencias, que el Pontífice cese a los obispos de dudoso comportamiento y lance una línea telefónica de ayuda a menores víctimas de abusos por parte de eclesiásticos.

EL RESPONSABLE, TRASLADADO El memorando fue enviado al personal de varios ministerios y de Downing Street, la sede del primer ministro. El Foreign Office confirmó ayer que el sarcástico itinerario había sido redactado por un pequeño grupo de funcionarios muy jóvenes, que trabajan en la preparación de la visita papal. La broma fue demasiado lejos cuando uno de ellos cometió la temeridad de distribuirlo junto a otros borradores sobre el viaje. El individuo ha sido trasladado de servicio.

La propuesta también sugería que el Papa cantase con la reina para recaudar fondos destinados a organizaciones benéficas, que pidiera disculpas por la Armada Española y que se reuniera con celebridades como la cantante Susan Boyle o Tony Blair.

Cuando el ministro David Miliband descubrió el listado, quedó "horrorizado". "Es un documento estúpido, que en modo alguno refleja la política o los puntos de vista del Gobierno del Reino Unido y del Ministerio de Exteriores. Está claro que muchas de las ideas contenidas en el documento son imprudentes, ingenuas e irrespetuosas", señalaba el comunicado. El embajador británico ante el Vaticano, Francis Campbell, se reunió con representantes de la Santa Sede.

MALA ACOGIDA La visita de Benedicto XVI a Inglaterra y Escocia, prevista entre el 16 y el 19 de septiembre, ha sido mal acogida por algunos sectores de la sociedad británica. Un grupo de abogados del ámbito de los derechos humanos está estudiando la posibilidad de presentar una denuncia contra Benedicto XVI por "crímenes contra la humanidad", por haber participado en el encubrimiento de abusos sexuales. Una gestión similar fue la que permitió detener al dictador chileno Augusto Pinochet y la que obligó más recientemente a la exministra de Relaciones Exteriores de Israel, Tzipi Livni, a cancelar una visita a Londres.