El Reino Unido está considerando el envío de nuevas tropas a Irak, ante el deterioro de la seguridad y la escalada de atentados de las últimas semanas. El ministro de Defensa, Geoff Hoon, confirmó ayer la revisión del despliegue británico que, actualmente, consta de 11.000 hombres.

El anunció coincidió con la publicación de unas notas confidenciales del ministro de Exteriores, Jack Straw, que le sirvieron para preparar una reunión con el primer ministro, Tony Blair. En los papeles, filtrados por The Daily Telegraph, el titular de Exteriores advertía del peligro de un "desastre estratégico" de la coalición en Irak, a menos que sean movilizados más efectivos.

Straw sugería la cifra de 5.000 soldados más. "La falta de progreso para resolver los problemas relacionados con la seguridad, las infraestructuras y el proceso político están minando el apoyo de los iraquís y ofreciendo un terreno abonado a extremistas y terroristas", escribió el jefe de la diplomacia británica. Straw considera que debe haber "mejoras visibles" antes del comienzo del Ramadán, el próximo 27 de octubre. Y admitía que las expectativas de reconstrucción del país que se habían fijado no se han cumplido.

Durante la conferencia de prensa mensual, celebrada ayer en Downing Street, Blair afirmó que no ha tomado ninguna decisión sobre el envío de refuerzos. Esta dependerá del resultado de la revisión en marcha, aunque indicó que tales controles se realizan constantemente, de manera rutinaria. El desplazamiento de más hombres sería muy impopular en la calle y en el Parlamento y es algo que quizá Blair no pueda permitirse, inmerso en plena crisis por el caso Kelly.

SABOTAJES

El primer ministro reconoció, sin embargo, que "la situación es muy grave" en Irak y responsabilizó a pequeños grupos de extremistas de sabotear los trabajos de reconstrucción con ataques terroristas, porque no quieren, explicó, que Irak llegue a convertirse en un país próspero.

Blair negó que existan problemas entre la población civil iraquí y los soldados de las fuerzas de ocupación. Para el líder británico, las tropas, en estos momentos, deben concentrarse en "redoblar los esfuerzos". "Si lográsemos reconstruir Irak como un país próspero y democrático, sería una enorme promoción para los valores de la democracia y los derechos humanos, y una enorme derrota para los que quieren establecer estados terroristas", manifestó Blair. Contra viento y marea, el primer ministro británico reiteró que la coalición "está haciendo lo correcto".