El Gobierno de Tony Blair presentará "de forma inminente" un proyecto de resolución al Consejo de Seguridad de la ONU para el levantamiento de las sanciones contra Libia, después de que este país reconociera su responsabilidad en el atentado de Lockerbie, que causó 270 muertos en 1988. Estados Unidos no se opone al fin del castigo internacional impuesto al régimen de Muamar Gadafi, con el que rompió relaciones en 1981, pero no levantará sus sanciones.

Para las autoridades británicas, la carta que Trípoli entregó el viernes a la ONU, en la que reconoció su responsabilidad y aceptó pagar indemnizaciones, "marca el regreso de Libia a la comunidad internacional". Pero parte de los familiares de las víctimas del atentado consideran que la indemnización es muy pequeña, sobre todo si se compara con el beneficio que sacará Libia por el fin de las sanciones, y se niegan a que la ONU dé el paso.

DEMANDA DE PARIS

No es la única resistencia a las aspiraciones británicas. El Ejecutivo de París, según fuentes de EEUU, también ha amenazado con vetar el proyecto de resolución de Londres si Trípoli no concede elevadas indemnizaciones a las familias de las víctimas del atentado contra la compañía aérea francesa UTA, que causó 170 muertos en pleno vuelo sobre el Sáhara en 1989. Las autoridades libias, además, se han comprometido ante las alemanas a pagar a las familias de las tres personas fallecidas en el atentado perpetrado en 1986 en una discoteca de Berlín.

El primer ministro libio, Churi Ghanem, ya avanzó el pasado 20 julio que su país era favorable al regreso de las empresas norteamericanas, especialmente las petroleras.