Los miembros de la Cámara de los Lores se preparaban anoche para infligir una tercera y definitiva derrota a la ley antiterrorista de Tony Blair. Las concesiones realizadas en los últimos días por el Gobierno laborista no parecían suficientes para convencer a los Lores de la necesidad de aprobar el proyecto.

La Cámara Alta devolvió la normativa a los Comunes a primera hora de la tarde, exigiendo que se eleve el nivel de las pruebas requeridas para que un sospechoso pueda ser detenido bajo arresto domiciliario por orden del juez. "Seguir diluyendo esta legislación es irresponsable", declaró ayer Blair. La legislación antiterrorista, declarada ilegal por los jueces en diciembre, expira el lunes. El final de ese plazo implica liberar a la decena de extranjeros encarcelados sin juicio desde hace tres años.