En medio de una ola de críticas de los sectores de la intelectualidad, el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva sacó de circulación un cuadernillo del lenguaje políticamente correcto que había sido distribuido entre legisladores, dirigentes de los partidos y formadores de opinión. El manual incluía 96 expresiones consideradas "peyorativas" o "discriminatorias" contra las mujeres, los negros y los homosexuales.

Unos 9.302 euros se habían gastado en el cuadernillo. Entre sus recomendaciones estaba la de no utilizar de manera negativa la palabra "comunista". También eludía al uso discriminatorio de la palabra "payaso", porque se discrimina al "profesional que vive de hacer reír a las personas".