Hace ahora cinco años, François Hollande, ganó las elecciones con la promesa de ser un "presidente normal" mientras la izquierda lo festejaba con una gran fiesta en La Bastilla. Este domingo, en la Plaza del Louvre, un espacio neutral, "ni de derechas ni de izquierdas", ha empezado lo que promete ser una aventura política extraordinaria por su novedad. Emmanuel Macron, el hombre que envuelto en la bandera europeísta ha sacudido la política francesa en solo unos meses, se convertirá esta semana a los 39 años en el presidente más joven que ha tenido nunca Francia, tras ganar de forma contundente a la ultraderechista Marine Le Pen. Con el 88% de los votos escrutados, Macron ha logrado el 64,59% de las papeletas. Su rival se ha quedado en el 35,41%.

Reunidas en la plaza del Louvre, frente a la famosa pirámide de cristal, miles de personas han acogido con júbilo la entrada triunfal de Macron. Lo ha hecho con los acordes del Himno de la alegría, el europeo. "Lo que hemos hecho desde hace tantos meses no tiene precedente ni equivalente. Todo el mundo decía que era imposible. ¡Porque no conocían Francia!", ha declarado entre ovaciones en un sentido discurso que ha acabado entre las lágrimas de su esposa, Brigitte, y rodeado de toda su familia.

Antes, en el cuartel general de ¡En Marcha!,(EM) el movimiento que fundó hace solo un año, Macron ha hecho su primera declaración de la noche. Mucho más institucional se ha dirigido "a todos los ciudadanos del país", también a los votantes de Le Pen, a quien ha mandado un "saludo republicano".

Ha expresado su deseo de que la nueva página que se abre en Francia con su victoria sea la de la "esperanza y confianza reencontrada". Y ha vuelto a abrazar la bandera europeísta al afirmar que defenderá a "Francia y Europa". Ha prometido que trabajará para "regenerar la vida pública" y que su prioridad será la lucha contra el terrorismo. Pero sobre todo ha lanzado un mensaje a los votantes de Le Pen. Ha asegurado haber entendido “la cólera, la ansiedad y las dudas” de los franceses y ha prometido “luchar contra las divisiones que minan Francia".

Reconciliar estas dos Francias cuyas profundas fracturas -territorial, social, cultural y económica - han puesto en evidencia las urnas será la primera misión de Macron, que ha sido elegido con voto prestado -el de la "defensa de la República", como él ha reconocido- con una abstención récord de entre el 25% y 27% -no se veía desde 1969- y un récord también de votos blancos o nulos sel 12%.

El mejor resultado del FN

La victoria de Macron sobre Le Pen es contundente pero no puede borrar el hecho de que la candidata ultra ha conseguido para el Frente Nacional (FN) el mejor resultado de su historia: 11 millones de votos (5,5 millones consiguió su padre en la segunda vuelta de votos en el 2002), confirmado que el suyo es un partido en continua ascensión, con vocación de llegar al poder.

En el país de los derechos humanos y las conquistas sociales el discurso excluyente, antiinmigración y xenófobo del Frente Nacional ha conquistado el espíritu de buena parte de los franceses, sobre todo entre los castigados por la globalización, seducidos por la que se ha autobautizado como "la candidata del pueblo" frente al "candidato de las finanzas".

Movilización de los sindicatos

Macron, con un programa centrista, liberal en lo econónimo y también en lo social y apuntalado con medidas sociales, va a tener una férrea oposición y no solo del Frente Nacional.Tras negarle el voto, el candidato de la izquierda insumisa, Jean-Luc Mélenchon, prometer darle guerra. En su primera declaración tras conocer el triunfo de Macron ha dicho que su progama destruirá el “sistema social francés”.

Los sindicatos ya han convocado una manifestación para este lunes mismo contra las políticas del candidato. La profundización de la impopular reforma laboral que aprobó François Hollande es una de sus prioridades en cuanto forme gobierno esta semana, con el que lanzará el primer mensaje de la nueva era. En el Ejecutivo quiere integrar a personas de la derecha y de la izquierda. La mitad no procederá del mundo de la política, sino de la sociedad civil.

Las elecciones legislativas

Las batallas que deberá librar el nuevo presidente serán en múltiples frentes. En junio están convocadas elecciones legislativas y Macron deberá emplearse a fondo para lograr la mayoría en la Asamblea con ¡En Marcha! y evitar una nueva cohabitación. Pero para ello, el movimiento deberá lograr en otro tiempo récord presentar a 577candidatos en todo el territorio nacional. Macron ha dicho que desea ser un “presidente que presida con un primer ministro que gobierne”. Pero necesita que sea de los suyos.

Con un poder casi absoluto (presidencia, Asamblea y mayoría de regiones, departamentos y grandes ciudades) Hollande, el socialista que arrancó tantas esperanzas con la promesa de arreglar las cuentas públicas e impulsar el crecimiento, lega una economía renqueante -deuda, déficit y paro- y un país asustado por el terrorismo. Macron deberá hacer algo más que confiar en los astros que desde el principio de esta aventura le han acompañado para convertirlo en el octavo presidente de la V República cuando hace solo tres años -antes de que Hollande le nombrara ministro de Economía- era un desconocido.

Sus políticas deberán acabar con las causas del desencanto que han llevado a tantos y tantos franceses a la indiferencia y de la rabia que ha hecho a otros muchos más votar a la extrema derecha, a la que ya no basta con contener, sino que deberá combatir. De lo contrario, el terreno habrá sido abonado para que dentro de cinco años el populismo más reaccionario lleve la oscuridad al país de las luces y de la razón.