Emmanuel Macron sorprendió este lunes a unos 900 militantes de su formación política En Marcha, reunidos en el teatro Bobino de París, con una buena dosis de ironía. Tirando de humor, el exministro de Economía de François Hollande desmintió los rumores que desde hace años corren en los mentideros parisinos sobre su supuesta homosexualidad y negó la “doble vida” que le atribuyen con el presidente de Radio France, Mathieu Gallet.

“Si en una cena, si en un email, os dicen que tengo una doble vida con Mathieu Gallet, o con cualquier otro, es mi holograma, que se me habrá escapado de repente. Pero no puedo ser yo”, dijo bromeando con la virguería técnica que este domingo permitió al candidato de Francia Insumisa, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, ofrecer un mitin en Lyón y aparecer al mismo tiempo en directo en París gracias a su holograma.

La dirección de En Marcha lleva varias semanas inquieta por el rumor sobre la supuesta relación de su líder con el responsable de Radio France y la amenaza recurrente de que revistas de papel cuché, como Closer, la que aireó las imágenes de François Hollande saliendo del apartamento de Julie Gayet, publiquen fotos robadas.

Macron no se había tomado en serio el asunto pero, ante el clima insano que va instalándose en una campaña presidencial llena de incertidumbres, ha optado por responder rápidamente y cortar el paso a los chismorreos.

“Soy de una pieza”, aseguró a sus simpatizantes. “Escucharéis cosas, que si tengo un doble, que si tengo una vida oculta. Es desagradable para Brigitte, que se pregunta cómo me las arreglo físicamente”, prosiguió mencionando a su esposa en la broma.

“Comparte mi vida de la mañana a la noche. Y nunca le he pagado por ello!”, prosiguió lanzando de paso una puya al candidato de Los Republicanos, François Fillon, que pagó generosamente durante años a su esposa Penelope por un trabajo como asistente parlamentaria que ha dejado poca huella.

“Nunca he intentado disfrazar que era de izquierdas cuando entré en la banca, que he querido superar las divisiones cuando estuve en un gobierno socialista. Siempre he asumido lo que soy. En el terreno íntimo, familiar, de mis valores y de mis proyectos, siempre he dicho lo mismo”, continuó.

Durante su inesperada intervención en el teatro parisino, el candidato centrista, a quien los últimos sondeos sitúan en la segunda vuelta de las presidenciales frente a la candidata ultraderechista Marine Le Pen, se mostró combativo.

Para empezar, respondió raudo al ataque de François Fillon, quien le había llamado “gurú” durante la rueda de prensa que ofreció este lunes en la que pidió perdón por haber contratado a su mujer y a dos de sus hijos como asistentes parlamentarios.

UNA SECTA

“Algunos piensan que somos una secta”, ironizó Macron. “Os garantizo que nuestro proyecto no será el de inmolarnos con fuego. Es un proyecto para el país, una secta de más de 60 millones de militantes”, zanjó.

De paso, tranquilizó a los suyos al anunciar que el próximo fin de semana presentará el programa macroeconómico “cifrado” con el que su formación concurrirá a las elecciones. “Me comprometeré con un gobierno y un método. Que todo el mundo lo tenga claro, nos preparamos para presidir y para gobernar”.