El Gobierno español acogió ayer con "mucha satisfacción" la propuesta de la presidencia irlandesa sobre el futuro reparto de votos en el Consejo de la Unión y la atribuyó a un "esfuerzo intenso a todos los niveles" de la diplomacia española, según fuentes de Exteriores. Sin embargo, José Luis Rodríguez Zapatero tiene la intención de pujar en la cumbre de Bruselas para arrancar alguna cuota adicional de poder.

Fuentes de la Moncloa señalaron que la iniciativa irlandesa recoge sustancialmente las pretensiones de Madrid, consistentes en que la aprobación de cualquier normativa requiera el respaldo de al menos el 66,6% de la población comunitaria y que, para bloquear una medida, sean necesarios por lo menos cuatro países.

La propuesta irlandesa satisface la demanda española sobre el número de países para el bloqueo, pero no la relativa al porcentaje de población, ya que lo deja en el 65%. Zapatero intentará "arañar" esas décimas que faltan, según la fuente oficial. Si una medida exige el 66,66% de la población, ello beneficiaría al grupo de bloqueo mediterráneo , que reúne al 35% de la población.

La propuesta irlandesa aún no incluye la posibilidad de que catalanes, vascos y gallegos se dirijan en su propia lengua a la UE.