Las elecciones parlamentarias iraquís del pasado 7 de marzo aún no han terminado. El primer ministro saliente, el chií Nuri al Maliki, arrancó ayer a la comisión electoral la decisión de volver a contar los votos en la provincia de Bagdad, el mayor distrito electoral, y vuelve a verse vencedor.

Maliki confía en que el recuento de los 2,5 millones de votos de Bagdad invierta el signo de la pugna entre su coalición, a la que los resultados provisionales otorgan 89 diputados, y la alianza de sunís y laicos del exprimer ministro Iyad Alaui, que de momento obtiene 91. El grupo Estado de Derecho de Maliki había denunciado ser víctima de "manipulaciones" del proceso electoral favorables a sus adversarios en cinco distritos, pero su petición de revisión de los resultados solo ha sido aceptada en el de la capital, que elige a 70 de los 325 diputados.