Los analistas interpretan la operación Rizzoli como un intento de ajuste de cuentas al capitalismo nacional a ocho meses vista de unas elecciones generales en las que los sondeos pronostican la derrota de los conservadores. Según esta interpretación, los nuevos capitalistas italianos intentarán desbaratar el bloque económico y financiero que controla los cambios en Italia desde la segunda guerra mundial.

En este contexto podría reabrirse el caso de la OPA del BBVA sobre la Banca Nazionale del Lavoro (BNL), abortada por las mismas personas que apuntan a Rizzoli. En julio, vendieron sus participaciones a los adversarios del banco español mientras lanzaban otra OPA sobre la banca Antonveneta. La justicia de Milán ha inhabilitado a estos "aventureros de las finanzas" de todos los cargos durante dos meses.