Una pareja que "mantenía las distancias". Así describían ayer los vecinos de Dewsbury, al sur de Leeds, a la joven pareja compuesta por Mohammad Sidique Khan, de 30 años, y a su mujer Hasina, de 28 años. Mohamed Sidique Khan, junto con otros tres jóvenes británicos de origen paquistaní, decidió acabar con su vida el pasado jueves en un convoy del metro de Londres, en las proximidades de la estación de Edgware Road, causando una matanza entre los pasajeros.

Hacía escasos meses que los Khan habían ido a vivir a este suburbio de clase media, de calles bien asfaltadas y pequeños jardines de césped recién cortado, rodeados de familias musulmanas relativamente prósperas originarias de la India, Irak o Pakistán. En Dewsbury, conviven las mujeres veladas de la cabeza a los pies --"lo hago porque quiero, nadie me obliga a ello", responde una de ellas-- con jóvenes con la cara cubierta por el maquillaje y ropa ajustada.

Debido a su reciente traslado, los habitantes de la avenida Thornhill Park no habían tenido la oportunidad de intimar con los Khan, que residían en una casa de dos pisos de protección oficial, donde ya vivía Farida Patel, madre de Hasina y viuda. "Ella es agradable, aunque ambos no se habían dado mucho a conocer", admite Nuriin Akta, una joven vestida con unos tejanos ceñidos.

Sara Aziz, de 29 años, cuya familia procede de Irak, es una de las excepciones del vecindario, y con Hasina, con la que llegó a compartir meses de embarazo, --ambas tienen hijos corta edad-- había ido más allá del simple saludo cortés en medio de la calle. Ahora, tras lo ocurrido, Sara admite sentir su confianza "traicionada".

"Al principio, Hasina me preguntaba qué religión profesaba yo, o mi marido", explica Sara, aunque por aquel entonces no le dio mayor importancia a la pregunta. Hasina se cubría con un velo, mientras que su marido Mohammad vestía tejanos y ropas occidentales. La pareja no frecuentaba las mezquitas locales, lo que podría interpretarse como un síntoma de su radicalización, aunque tampoco rezaban "cinco veces al día", sostiene Sara.

Profesor en Beeston

Mohammad Khan trabajaba en una escuela del suburbio de Beeston, al sur de Leeds, de donde procedía otro de los presuntos terroristas. Allí enseñaba a niños de familias de inmigrantes asiáticos que acababan de llegar al Reino Unido y afrontaban problemas de integración.

También ejercía de voluntario en una biblioteca islámica, aunque sobre este trabajo prefería guardar discreción. Conducía un coche Honda Civic y su principal círculo de amistades se encontraba a varios kilómetros de Dewsbury, concretamente en el barrio de Leeds.

Entre las amistades que frecuentaba su casa, había sido visto frecuentemente por los vecinos Shehzad Tanweer, el supuesto terrorista que hizo explotar el metro de Aldgate.

Según publicaba ayer el diario The Independent , la madre de Hasina era una mujer de costumbres avanzadas que rechazaba la idea de que las mujeres debían ser "serviles" que tienen otros británicos de origen paquistaní. Llegó incluso a ser invitada una vez a Buckingham Palace, sostiene en su edición de ayer el rotativo londinense.

"Estaban juntos"

Debido a su estrecha relación con Hasina, Sara ha sido interrogada por la policía después de los recientes registros de las casas de los presuntos terroristas en Leeds. "Sé que Hasina ha dicho a la policía que estaban separados y no hacían vida de pareja; eso no es así, vivían juntos aunque mantenían una relación distante; él no se interesaba demasiado por su hija", de 14 meses de edad. La pequeña Farida y Hasina se han trasladado a una casa cercana, donde de momento prefieren mantenerse ajenas a la presión de los medios.

Pero, a pesar de su escasa integración en el barrio de Thornhill Avenue, Mohammad Sadique Khan no dudaba en cooperar cuando era necesario con sus vecinos. "En una ocasión, en el número 57, se declaró un pequeño incendio; ayudó mucho y se aseguró de que nadie resultara herido", explica Sara.