Hasta donde se sabe, Gordon Brown no ha reclamado al Parlamento los gastos de maquillaje. Pero si quisiera, el primer ministro podría hacerlo. El despiste de uno de sus consejeros, que se dejó una documentación en un taxi, ha sacado a la luz los trucos empleados por los asesores de imagen de Brown para tratar de alegrar la cara de uno de los políticos más lúgubres de la historia reciente de Inglaterra. Cuando andan las cámaras cerca, Gordon Brown utiliza un maquillaje de fondo para iluminar la piel y cubrir imperfecciones.

Las pronunciadas bolsas de los ojos son camufladas con un antiojeras. El toque final, para conseguir un aspecto más saludable y bronceado, lo consiguen unas pinceladas de colorete dorado. Como por arte de magia, los secretos de belleza del inquilino de Downing Street, aparecieron publicados ayer en el diario The Sun . En las instrucciones figuran incluso las marcas elegidas para el cutis de Brown.

El maquillaje de fondo debe ser de Clinique y hay que extenderlo dice la nota, "por todas partes, como se pinta la pared", sin olvidar los párpados. El toque final lo deben poner unos polvos de terracota de la firma Guerlain. Una reciente aparición en YouTube del primer ministro ha sido motivo de chascarrillos. Su forzada sonrisa resultaba, en palabras del comentarista político del Observer Andrew Rawsley "el rictus más inquietante desde Jack Nicholson en El Resplandor".