Dos manifestaciones opuestas de chavistas y opositores tensaron ayer la crisis política en Venezuela, en el sexto día de huelga general y tras el tiroteo que dejó cinco muertos y 30 heridos de bala en la caraqueña plaza de Altamira. La oposición venezolana marchó anoche con prendas negras, velas y banderas a media asta, en la primera de las tres jornadas de "luto nacional activo". Los seguidores del presidente Hugo Chávez no cambiaron el ánimo festivo de la marcha que se dirigió al palacio de Miraflores, donde el jefe del Estado había previsto un discurso.

POSTURA RADICAL

Los antichavistas se concentraron cerca de la sede de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) para marchar en silencio por el centro de Caracas. Mientras, empresarios, sindicalistas y opositores agrupados en la Coordinadora Democrática tildaron a Chávez, de "demente, criminal y asesino", y decidieron "radicalizar" su postura.

El gobernante se declaró "conmovido por los lamentables hechos", que no dejaban de recordarle los del 11 de abril pasado, seguidos de un golpe de estado que le apartó dos días del poder.

La fiscal venezolana, Theresly Malavé, elevó hasta cinco los muertos y 29 los heridos de bala en el tiroteo en la plaza de la Libertad , el viernes. Una anciana, una adolescente, un profesor universitario y otras dos personas cuya identidad no reveló la fiscal murieron bajo las ráfagas de varios pistoleros y francotiradores.

La oposición esgrimió a través de sus medios de comunicación dos grabaciones en las que un alcalde chavista ordenaba hostigar a manifestantes opositores --el día anterior-- y un militar decía que Chávez iba a "aprovechar lo de la plaza" para sacar el Ejército a la calle. Pero los autores del atentado, salvo dos detenidos, eran tan desconocidos como los francotiradores que iniciaron el tiroteo del 11 de abril.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, desarrolla gestiones para volver a sentar a Gobierno y oposición en la mesa del diálogo, como única forma de hallar una salida a la crisis. Las negociaciones fueron suspendidas el 30 de noviembre.