A pesar de la estrategia iniciada en el 2011 para blanquear el viejo partido racista, xenófobo y antisemita fundado por Jean Marie Le Pen en 1972, el discurso del Frente Nacional de Marine Le Pensigue anclado en la extrema derecha, como lo demuestran los temas que integran su programa: cierre de fronteras, rechazo de la inmigración y del multiculturalismo y estigmatización de los extranjeros.

La presencia del islam es para Marine Le Pen el origen de la inseguridad física y económica y de la transformación de los modos de vida de la sociedad francesa. Es cierto que le ha dado un barniz republicano al concepto de identidad nacional erigiéndose en defensora de “todos los franceses”. Sin embargo, sigue explotando su obsesión antimusulmana, como hizo en Lyon el pasado 5 de febrero. “No queremos vivir bajo el yugo del fundamentalismo islámico”, dijo.

RETÓRICA DE VICHY

Además, su programa electoral mantiene las esencias de la “prioridad nacional” que en el imaginario colectivo francés reenvía a la semántica utilizada por el régimen de Vichy contra los judíos. Su propuesta de revisar la Constitución para privilegiar la nacionalidad francesa supone una ruptura total con el actual sistema político y tendría consecuencias en los 4,2 millones de extranjeros que viven en el país.

Aplicada al terreno laboral, la preferencia nacional se reflejaría en un impuesto a la contratación de extranjeros para evitar lo que el Frente Nacional considera una competencia desleal que perjudica a los trabajadores autóctonos. El acceso a las prestaciones sociales también se vería restringido en el caso de los inmigrantes, a los que considera una carga para las cuentas públicas.

En el ámbito económico, Le Pen se ha ido alejando paulatinamente del neoliberalismo original del FN para configurar una agenda proteccionista e intervencionista, cuyo eje de gravedad se sitúa en la izquierda, con elementos populistas para adaptarlo al nuevo contexto de la crisis económica y los efectos de la globalización.

EUROFOBIA

El proyecto de la candidata ultraderechista propone un referéndum sobre la pertenencia a la Unión Europea con el objetivo de recuperar la soberanía monetaria, legislativa y territorial. Aunque durante la campaña ha desdibujado su propuesta de abandonar la UE y la moneda única, la eurofobia es una de las señas de identidad del partido y Le Pen aplaudió el referéndum británico que alumbró el 'brexit'.

Ideológicamente, Le Pen se sitúa fuera de la división izquierda-derecha, ataca a las élites, dice hablar en nombre del pueblo y se alinea con la Rusia de Vladimir Putin. La estrategia iniciada por Le Pen hace seis años con el apoyo de su número dos, Florian Filippot, ha dado sus frutos si se observa el progresivo avance electoral del partido.

Sin embargo, en su camino hacia el Elíseo todavía hay obstáculos. El primero de ellos el propio sistema electoral, mayoritario a dos vueltas, que requiere unas alianzas que hasta la fecha no ha logrado forjar. “El Frente Nacional tiene muchas dificultades para cambiar su imagen. La mayoría de los franceses creen que es un partido peligroso para la democracia”, recuerda la historiadora Valérie Igounet en Mediapart.