El Parlamento marroquí eligió este fin de semana a los miembros de una comisión encargada de investigar los altercados desencadenados a principios de mes en El Aaiún tras el desmantelamiento del campamento de protesta saharaui de Gdaim Izik. La Cámara de Representantes (Cámara Baja) informó hoy en un comunicado de que el presidente de la misma, Abdeluahed Radi, presidió este sábado la primera reunión de esa comisión parlamentaria, dedicada a la constitución y al establecimiento de su estructura. En ese encuentro, según la nota difundida por la agencia MAP, fue nombrado presidente de la comisión el antiguo ministro de la Modernización del Sector Público, Rachid Talbi Alami, al que acompañan cuatro vicepresidentes, un secretario, un ponente y tres ponentes adjuntos. Entre los integrantes de ese nuevo ente figuran políticos como el presidente del consejo nacional del Partido islamista Justicia y Desarrollo (PJD), Saad Edin Othmani, o Latifa Benani, miembro del comité ejecutivo del partido nacionalista Istiqlal. Los disturbios en la capital administrativa del Sahara Occidental, los más violentos en la ex colonia española desde hace casi dos décadas, se saldaron con la muerte, según el balance oficial, de dos saharauis y once miembros de las fuerzas de seguridad. La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) denunció este viernes que las fuerzas de seguridad marroquíes cometieron "repetidos abusos" y golpes a los saharauis detenidos tras los disturbios y pidió a las autoridades que realizaran una investigación independiente al respecto. Esa petición se sumó a la realizada un día antes por el Parlamento Europeo (PE), que en una resolución condenó la violencia registrada en el desmantelamiento, y exigió una investigación para esclarecer los altercados, sobre la que se especificó que fuera internacional y auspiciada por las Naciones Unidas. El primer ministro marroquí, Abás El Fasi, consideró este viernes, no obstante, que esa resolución contenía "pasajes en contra de la soberanía de Marruecos y de la lectura objetiva realizada por el país de los acontecimientos de El Aaiún", y estimó que no comprometía "en nada" a Marruecos.