El Gobierno de Marruecos ha expulsado desde el pasado mes de marzo a alrededor de un centenar de cristianos bajo la acusación de haber practicado proselitismo entre los musulmanes, según informa el ministro de Asuntos Islámicos, Ahmed Tufiq, que ha justificado estas medidas por la necesidad de impedir "enfrentamientos religiosos". Entre los afectados figura un ciudadano español, Francisco Patón Millán, expulsado la semana pasada.

Las expulsiones comenzaron el pasado marzo y muchos de los expatriados eran cooperantes humanitarios. "Estos incidentes han sido causados por el activismo de algunos extranjeros que estaban socavando el orden público", ha declarado el ministro de Donaciones Religiosas y Asuntos Islámicos en una entrevista a Reuters.

"Algunos de ellos ocultaban su proselitismo y su activismo religioso bajo la apariencia de otras actividades", ha agregado. La última expulsión ha sido la del español Francisco Patón Millán, director de una pequeña compañía energética a quien la semana pasada se le ordenó abandonar el país por intentar convertir al cristianismo a los musulmanes, según informan fuentes eclesiásticas y diplomáticas europeas.

RESPETO A LA COEXISTENCIA RELIGIOSA

Según Tufiq, Marruecos tiene interés en fomentar el respeto y la coexistencia entre las religiones, pero también desea "proteger su unidad religiosa". "Marruecos quiere impedir un enfrentamiento o un conflicto entre religiones", ha asegurado. "No hay necesidad de que los creyentes de una religión conviertan a los creyentes de otra", ha agregado.

"La guerra entre religiones es muy peligrosa y el mundo no tiene necesidad de eso", ha proseguido. "¿Qué prefieren los cristianos? ¿Un puñado de marroquís convertidos o el orden y la calma entre los marroquís, impermeables a la intromisión foránea en su fe?", se ha preguntado.

Fuentes humanitarias y diplomáticas occidentales han asegurado que hasta 70 cooperantes extranjeros fueron expulsados a principios de marzo por intentar convertir a los musulmanes, pero el Gobierno solo ha reconocido oficialmente 16 expulsiones. El diario de inclinaciones islamistas Attajdid ha informado de que las autoridades habían ordenado la semana pasada la expulsión de 23 extranjeros en el marco de una más amplia ola de deportaciones.

LIBERTAD DE CULTO

Los musulmanes constituyen el 99% de la población de Marruecos, pero hay libertad de culto para los seguidores del cristianismo --en su mayoría extranjeros-- y del judaísmo --unos pocos miles de habitantes autóctonos--.

No obstante, el intento de convertir a los musulmanes a otras religiones constituye un crimen en Marruecos que se castiga con penas de hasta seis meses de cárcel, pero en el caso de los extranjeros las autoridades prefieren optar por la expatriación para impedir escándalos internacionales.

Antes de este año, Marruecos había expulsado ocasionalmente a algunos misioneros, en su mayoría pertenecientes a iglesias evangélicas de Estados Unidos. El rey de Marruecos tiene la consideración de Comendador de los Creyentes (Amir al Muminine) y, por ello, la última palabra en materia espiritual.