Además de sangre y destrucción, un atentado como el del viernes deja un rastro de incógnitas. Ahora, especialistas en el islamismo, periodistas y agentes de los servicios secretos buscan respuestas. Tras diseccionar lo ocurrido, ya aparecen algunas conclusiones, todas ellas inquietantes. "Si los terroristas fueran extranjeros, todo sería distinto. Pero son todos marroquís y eso es lo más grave", sentencia Husein Maydubi, un periodista marroquí. En su opinión, "un atentado así, con una docena de jóvenes de un barrio suburbial inmolándose, demuestra que el germen terrorista está muy desarrollado en Marruecos".

SUCESO INESPERADO

El periodista lamenta la miopía de los servicios secretos de su país: "Percibían a los islamistas marroquís igual que hace 20 años. Es decir, pensaban que los radicales nunca iban a ser capaces de perpetrar un gran atentado. Que lo de los suicidios y matanzas en masa era cosa de palestinos, egipcios y saudís, pero nunca de marroquís". "Marruecos ha cambiado y ellos no se han dado cuenta", explica.

En resumen, que nadie ha interpretado bien el proceso de transformación de la sociedad marroquí, cuyas clases más bajas no paran de empobrecerse. En este país, la degradación social ha hecho que haya millones de jóvenes sin futuro que, además de con el paro y la pobreza, tienen que convivir con la humillación constante de ver cómo sus hermanas y novias se prostituyen. Así que el caldo de cultivo en que pueden surgir jóvenes kamikazes no deja de crecer.

"El resentimiento contra los occidentales y contra los marroquís occidentalizados crece", señala un agente de los servicios secretos en Rabat. "En la Casa de España --destaca-- la mayoría de muertos son esos marroquís occidentalizados". El politólogo Mohamed Darif, uno de los marroquís que mejor conoce el integrismo, asegura que el atentado encierra tres mensajes: "El primero y más importante es que se trata de un castigo contra Marruecos por su colaboración con EEUU; el segundo, una represalia contra España por su apoyo al ataque contra Irak; y el tercero, que los judíos siguen en el punto de mira".

En su opinión, Osama bin Laden quiere castigar a Marruecos porque este país apoya a Washington en la lucha contra Al Qaeda. La colaboración marroquí es tan clara que la monarquía alauí ha aceptado que EEUU envíe a presuntos terroristas desde Guantánamo a Marruecos. Allí, agentes marroquís, que no tienen complejos en emplear la tortura, les interrogan y les extraen una información que transmiten a EEUU.

GOLPE MORTAL

"Casi todos los 17 marroquís detenidos en Guantánamo han sido trasladados a Marruecos para ser interrogados", explica Darif. La mejor manera de represaliar a Marruecos es perpetrando un atentado que aterrorice a los extranjeros, tanto a turistas como a empresarios. Los terroristas han dado un golpe mortal a Marruecos, que va a tener efectos devastadores sobre el turismo y sobre las inversiones extranjeras.