Francia vive hoy la séptima jornada consecutiva de huelga en los transportes ferroviario y urbano de París, a los que se une en esta jornada un paro convocado por los sindicatos de funcionarios y en la empresa que distribuye los diarios de difusión nacional, que no han salido a la calle. La conflictividad social alcanza hoy un punto culminante desde la llegada al poder del presidente, Nicolas Sarkozy, en mayo pasado, con la confluencia de tres paros distintos.

La novedad de hoy es la movilización de funcionarios, que reclaman una mejora de su poder adquisitivo y protestan por el plan del Gobierno de sustituir sólo a la mitad de los que se jubilen en los próximos años para ahorrar dinero con el que reducir el déficit público. Trabajadores de Ministerios, escuelas, hospitales, servicio postal o aeropuertos están llamados hoy a parar en el marco de esa protesta por la que los sindicatos elevan un grado más la presión sobre el Gobierno conservador.

El ministro de Presupuestos, Eric Woerth, admitió la víspera que era previsible un seguimiento "fuerte" de la huelga, y puso énfasis en que la negociación está abierta, aunque hay discrepancias entre lo que sindicatos y Gobierno definen como mantenimiento del poder adquisitivo a la hora de la subida salarial. Según ministerio de la Función Pública un 30,12% de los 2,5 millones de los funcionarios del Estado secundaban la huelga al mediodía.

En la enseñanza, el porcentaje de huelguistas oscilaba entre un 65 por ciento en las escuelas primarias y un 58% en los institutos de secundaria y colegios, según los sindicatos, mientras que el Ministerio de Educación hablaba de una media de casi el 39%. En la empresa de correos, La Poste, el seguimiento del paro rondaba el 15,18% por la mañana, según los primeros cálculos de la dirección.

En la eléctrica EDF y la gasista GDF, un 14 y un 13,4% de los trabajadores, respectivamente, secundaban el paro, informaron las direcciones de sendas empresas públicas. En los aeropuertos de París, había retrasos de tres cuartos de hora en promedio en los vuelos, pero también cancelaciones en particular en el de Orly, debido al paro de algunos sindicatos de controladores aéreos.

De otro tipo es el paro convocado en la empresa Nouvelles Messageries de la Presse Parisienne (NMPP), que monopoliza la distribución de diarios de ámbito nacional y que paraliza hoy sus actividades por el anuncio de la dirección de que suprimirá 350 empleos. Por eso los periódicos de difusión nacional no han llegado hoy a los quioscos, aunque sí los regionales, que habitualmente tienen sus propios medios de distribución.

Servicios mínimos

Mientras tanto, la huelga en el transporte público, pese a que su seguimiento va a la baja, es todavía motivo de problemas para millones de usuarios por séptimo día consecutivo. En este caso la huelga es por el rechazo sindical al proyecto de reforma del régimen especial de acceso a la pensión que tienen medio millón de trabajadores del sector, a los que el Gobierno quiere ampliar el período de cotización, de 37,5 a cuarenta años.

La previsión era que hoy circularan la mitad de los setecientos trenes de alta velocidad, así como 85 de los trescientos en otras líneas de largo recorrido y la mitad en los regionales. Según la dirección de la empresa nacional de ferrocarriles, SNCF, donde empezó hace siete días la huelga contra la reforma de los regímenes especiales de pensiones, el porcentaje de huelguistas rondaba el 27%, apenas un punto más que la víspera.

El metro parisino funciona a un tercio de lo habitual y los autobuses al 40 por ciento, según cálculos de la empresa pública, RATP, cuyos trabajadores también están el huelga desde hace siete días en protesta contra la reforma de su régimen de pensiones. Poco antes de las 8.00 hora local los atascos en las carreteras de la región de París alcanzaban los 288 kilómetros, una cifra inferior a la de días pasados.