El mes de mayo dejó un cruento balance de víctimas en Irak: 1.055 personas murieron en los diferentes episodios de violencia que tiñen de sangre a diario el país. Otras 1.423 personas resultaron heridas, según un balance elaborado por la agencia France Presse de fuentes del Ministerio de Interior y de Sanidad iraquís, que no tiene en cuenta las pérdidas entre los insurgentes.

El número de muertos en mayo aumentó un 38% respecto a abril, durante el que murieron 762 iraquís y 1088 resultaron heridos. En mayo, solo en los tres últimos días murieron 130 personas, 120 de ellas en Bagdad.

Explotaron un total de 26 coches bomba y 65 bombas de fabricación artesanal. Además hubo dos ataques suicidas perpetrados por kamikazes equipados con cinturones de explosivos, y se contabilizaron una sesentena de ataques armados.

VICTIMAS CIVILES Como siempre, la población civil fue la principal víctima de la violencia indiscriminada. De los 1.055 muertos, 932 son civiles, 95 son policías y 28 son militares. El pasado mes de abril murieron 686 civiles, 54 policías y 22 militares.

También los insurgentes registraron mayores pérdidas humanas en el mes de mayo, ya que 345 de ellos murieron, según los ministerios de Defensa e Interior, frente a los 180 fallecidos en abril.

Y si mayo acabó inmerso en una espiral de violencia, junio empezó también de forma sangrienta. Al menos nueve iraquís murieron en dos ataques perpetrados en el sur de Bagdad. En el barrio de Al Saidiya, un grupo de pistoleros ametralló desde un coche a cuatro miembros de una misma familia que se encontraban frente a un colegio.

Entre 38.000 y 42.000 civiles han muerto en Irak desde la invasión anglo-estadounidense, en marzo del 2003, según el Iraq Body Count, la única oenegé que ha realizado cómputos fiables en el país.