Con los últimos ataques contra marines, más de 1.800 militares de EEUU han perdido la vida desde el inicio de la guerra. Entre los ataques más sangrientos, se encuentra el derribo de un helicóptero, en Faluya, en noviembre del 2003, en el que murieron 16 soldados. En diciembre del 2004, un atentado suicida en Mosul acabó con la vida de 22 personas, entre ellas 14 soldados y cuatro civiles.