A la tragedia de muertes diarias en Irak hay que sumar también el drama de los desplazados. Según el Gobierno iraquí, más de 160.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares desde el mes de febrero para evitar ser víctimas de las represalias por parte de grupos extremistas sunís o chiís. No están contabilizadas las personas que han abandonado el país. El Ejército de EEUU, por su lado, reconoció ayer que en julio han aumentado las acciones armadas de la insurgencia. En menos de una semana, se han registrado, solo en el área de Bagdad, un promedio de 34 asesinatos o explosiones cada día. Ayer, la policía informó del hallazgo de 38 cadáveres en Bagdad. La explosión de tres coches bomba mataron a seis personas. En esta espiral de violencia, incluso el gran ayatolá Alí Sistani, máximo dirigente religioso de la comunidad chií iraquí, hizo un llamamiento a la unidad de todos los iraquís para acabar con la violencia.