Al menos 41 personas murieron y más de 170 resultaron heridas ayer en un atentado terrorista con explosivos contra un tren de cercanías en la región rusa de Stavropol (fronteriza con Chechenia), según informó el Ministerio de Sanidad ruso. El ministro de Justicia, Yuri Chaika, dijo que el ataque tiene la huella de los "terroristas chechenos", aunque los rebeldes negaron cualquier implicación.

La explosión se produjo a las 7.42 hora local (dos horas más en España) en el segundo vagón, cuando el tren que comunica los balnearios Kislovodsk y Mineralnie Vody se acercaba a la estación de la ciudad de Yesentuki. Según el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), el atentado fue perpetrado por cuatro terroristas suicidas, tres mujeres y un hombre, que llevaban escondidos más de 30 kilos de explosivos mezclados con tornillos para aumentar el número de víctimas.

VERSIONES "Hubo tres mujeres y un hombre cuyas identidades no han sido establecidas. Dos de ellas bajaron del tren segundos antes de la explosión. El hombre murió en el acto", dijo el jefe del FSB, Nikolai Patrushev. Algunos testigos manifestaron que el kamikaze activó la bomba que llevaba escondida en una bolsa.

Entre los restos del terrorista se encontraron varias granadas sin detonar enganchadas a sus pies. Según otra versión, el artefacto fue activado mediante un mando a distancia por los terroristas que estaban esperando en varios vehículos aparcados cerca del lugar. "El artefacto que estaba colocado bajo uno de los asientos fue accionado desde fuera", afirmó Nikolai Jazikov, el fiscal jefe de la Fiscalía del Cáucaso del Norte.

El estallido partió en dos uno de los seis vagones del tren. De las 150 personas que viajaban en el compartimento destrozado, 34 murieron en el acto y otras siete fallecieron en el hospital. Los equipos de rescate encontraron fragmentos de algunos cuerpos destrozados a varias decenas de metros del lugar. Más de 177 viajantes fueron hospitalizados, 12 de ellos en estado crítico. La mayoría de los fallecidos son obreros y estudiantes de universidades locales.

Los canales estatales rusos recibieron una orden del Kremlin de "no dar demasiado protagonismo" al último ataque terrorista para evitar el pánico.