Más de 9 millones de ecuatorianos están convocados hoy a acudir a las urnas para votar en una consulta popular sobre la instauración de una Asamblea Constituyente en el país.

Un total de 9.188.884 ecuatorianos han sido empadronados para votar y pronunciarse sobre la consulta del Gobierno, que preside el izquierdista Rafael Correa, que intenta instaurar una Constituyente de plenos poderes para redactar una nueva Carta Magna, que asusta a un sector de la oposición.

A las 07.00 hora local (12.00 GMT) abren los colegios electorales en Ecuador para recibir, durante 10 horas, a los electores, que deberán decidir entre el Sí y el No a una sola pregunta: "¿Aprueba usted que se convoque e instale una Asamblea Constituyente con plenos poderes, de conformidad con el estatuto electoral que se adjunta, para que transforme el marco institucional del Estado y elabore una nueva Constitución?".

A las 17.00 horas (22.00 GMT), apenas cierren las juntas de recepción de votos, los ecuatorianos conocerán el resultado extraoficial de la consulta, con base en sondeos a boca de urna ("exit poll"), que difundirán un par de instituciones autorizadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Pese a que el voto es obligatorio, varios analistas consideran que el nivel de ausentismo podría llegar hasta un 30 por ciento, pues estiman que el proceso no ha despertado el interés deseado, porque no están en juego cargos.

La campaña, salvo la emprendida en las dos últimas semanas por dos grupos definidos por el Sí y el No, respectivamente, también fue opaca y se notó, casi exclusivamente, en los medios de comunicación.

Para que la Asamblea Constituyente sea aprobada, el Sí en la consulta debe ganar con el 50 por ciento más uno de los votos válidos, es decir, que deberá vencer al No sumado a los nulos y blancos.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) prevé la instalación de 36.873 juntas de recepción de votos en las 22 provincias del país.

Cada una de las mesas electorales estará formada por seis miembros, los que se encargarán de recibir los votos, entregar a los electores el certificado de votación y, al final, hacer el escrutinio preliminar.

Para asistir y proteger las votaciones del próximo domingo se movilizarán 41.500 efectivos de las Fuerzas Armadas y más de 33.600 de la Policía, que resguardarán el orden en el interior y en las afueras de los recintos electorales.

Una misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de organismos internacionales electorales se encuentran en el país para vigilar el proceso.

Tanto el TSE como la misión han descartado la posibilidad de que se pueda producir un fraude, como temen los grupos que apoyan el Sí, afines al Gobierno del presidente izquierdista Rafael Correa.

Ambos organismos han coincidido en que no hay indicios que hagan suponer la posibilidad de un fraude, aunque han recalcado que harán todo el esfuerzo necesario para evitar cualquier tipo de contratiempo.

El TSE tiene todo listo para las votaciones y para el escrutinio oficial que tardará unos cinco días, aunque la ley prevé hasta ocho días para concluir con el recuento oficial de votos.

Sin embargo, el presidente del TSE, Jorge Acosta, reiteró que "el pueblo ecuatoriano tendrá información rápida" extraoficial por parte de las instituciones que han sido autorizadas para hacer los sondeos a boca de urna.

Después de proclamados los resultados de la consulta y si gana el Sí, el TSE emprenderá inmediatamente la preparación de las elecciones para designar a los 130 asambleístas que integrarán la Constituyente, votación que no deberá exceder a los 150 días posteriores a la convocatoria.

La Asamblea Constituyente, cuyo fin será el de redactar una nueva Carta Magna, funcionaría por seis meses y podría prorrogar sus funciones, si así lo decidiera, por 60 días más. Si ello ocurre, los ecuatorianos y el Gobierno tendrían su nueva Constitución en torno al primer semestre del próximo año.