Los más de 1.000 observadores internacionales que el domingo supervisaron las primeras elecciones libres del Congo en 40 años felicitaron a los ciudadanos del país africano por la tranquilidad que se respiró durante la jornada, a excepción de dos ciudades, donde la votación se repitió ayer. La comunidad internacional también se apresuró a pedir respeto por los resultados, el único riesgo que parece que le queda superar a este país con una historia reciente sangrienta, tras la dictadura de Mobutu Sese Seko (1965-1996) y las guerras de los 90, en las que murieron cuatro millones de personas.

"Los congoleños se han convertido en un ejemplo para las elecciones africanas", declaró el expresidente mozambiqueño Joaquim Chissano. "La comunidad internacional está aquí para ayudar, porque la paz en el Congo significa paz en Africa", afirmó. En los 20 días que tardarán en saberse los resultados provisionales puede haber un rebrote de la violencia. Jean-Pierre Bemba y Azarias Ruberwa, principales competidores frente al favorito, el presidente saliente, Joseph Kabila, han amenazado con no respetar el resultado de las urnas si Kabila sale elegido en la primera vuelta, con más del 50% de los votos.